Ya por el año 2007 Apple lanzaba su revolucionario iPhone. Un año después, el mundo iba a conocer un dispositivo rival llamado Android, cuyo lanzamiento dio origen a una guerra que todavía continúa 10 años más tarde. Esta alternativa venía de la mano de Google, los gigantes de búsqueda de Internet, y contaba con una baza que en última instancia, a día de hoy, le da una ventaja por encima de su rival más ilustre. Esta carta oculta era que el sistema operativo Android era “nómada”, y solo necesitaba una carcasa de un smartphone para asentarse y funcionar.
Para los consumidores esto significó que todo tipo de empresas de tecnología, y con esto me refiero a las más grandes del sector, se pusieron a la cola para usar el bebé de Google para activar sus smartphones, competir y finalmente superar al iPhone de Apple. Gente como Samsung, HTC, Sony, todos querían su parte del pastel y consiguieron sobrepasar la oferta de Apple.
El resultado de estas rivalidades suponía que los consumidores que optaron por el equipo Android tenían infinidad de opciones entre las que elegir. Esto incluso incluía el precio y las capacidades de los teléfonos. Los teléfonos Android presentan un rango de precios que oscila entre bajo, medio y alto. Por el contrario, la oferta de Apple solo viene como iPhone estándar. Los usuarios de Android pueden seleccionar un móvil barato capaz de llevar a cabo las tareas necesarias. Estas tareas tienden a ser juegos, reproducción de series de televisión y películas, así como música y aplicaciones más serias como calendarios, Google, banca y sincronización; es decir, básicamente aspectos que dirigen nuestras vidas. Por supuesto, sabemos que iPhone cambió el modo en que la gente utilizaba los teléfonos móviles que, hasta aquel entonces, eran simplemente teléfonos en los que se podía escuchar música, llamar a gente y tener juegos básicos.
Gracias al aumento de la velocidad de procesamiento, la potencia del motor y la resolución de la pantalla, ahora podemos acceder a demanda a todos los servicios arriba mencionados, que contribuyen a mejorar nuestra vida. Como los juegos, que se han convertido en el mayor sector de vídeo juegos del mercado. Android es mejor para los juegos porque el coste es mínimo o inexistente, a diferencia de los juegos disponibles en la iStore, donde todo tiene su precio. Gracias a su política de hospedaje de juegos freemium, la Play Store ofrece un catálogo casi abrumador. Esto permite a los usuarios de Android disfrutar de los últimos títulos de vanguardia gratis.
El abanico de juegos también es enorme. Desde juegos de carreras hasta juegos de torres, juegos de estrategia, juegos de plataformas, juegos de puzzles y juegos de casinos, hay algo para todos los gustos. En el caso de los juegos de casino, habrá que descargar algunas apps directamente desde el casino o sala de poker online en que quieras jugar, lo cual solo es una pequeña inconveniencia que libera todo un universo de diversión con dinero real.
Lo mejor de los casinos online es que llevan la acción directamente a tu casa. A solo el clic de una tecla, los jugadores pueden disfrutar de tragamonedas o ruleta, blackjack o poker, o todo un abanico de otros excelentes juegos de casino. Ahora, gracias a la llegada de los smartphones, tanto Apple como Android, se puede disfrutar de todo lo anterior en un dispositivo portátil más pequeño y compacto. En muchos casos, uno está más a gusto con su teléfono Android que con su ordenador, lo cual significa que incluso en casa, los jugadores prefieren utilizar su móvil, porque suele ser una experiencia mucho más fluida, más optimizada y más rápida.
Lo mismo se puede decir con respecto a la reproducción de series de televisión a demanda y otros vídeo juegos que podrían ir lentos en PC que no sean muy potentes. Lo increíble del Android es que hay tantos dispositivos en el mercado, ofrecidos por tantos fabricantes de tecnología diferentes, que incluso los teléfonos más baratos pueden hacer la mayoría de las cosas que la gente necesita o espera de un smartphone. Con esa finalidad, el papel del Android en el aumento meteórico de los smartphones no debe subestimarse. Al ser una plataforma mucho más accesible, existe una selección mucho mayor de teléfonos para comprar, lo cual implica opciones a la venta para todos los bolsillos.
Además, dado el modelo freemium, los juegos han conseguido una mayor exposición y es más probable que los jugadores se animen sabiendo no el riesgo es mínimo si no les gusta el juego. Si no les gusta dicho juego, pueden simplemente borrarlo y olvidarse de él. Cuanto más atractivo sea un juego, más dinero se invierte en publicidad, aumentando así el presupuesto y continuando con el impulso de la industria.
Estas dos características del modelo empresarial de Android, por encima del resto, han ayudado a Android a liderar el sector de los smartphone y, en particular, de los juegos que ofrece, llevando al dispositivo Google a la posición de pole, dejando atrás a su rival iPhone de Apple, aunque sigue siendo un fantástico teléfono. En casi cualquier otro frente, los dos dispositivos son idénticos pero, gracias a las opciones, los precios y todas las ofertas gratuitas, el Android es mejor para los juegos. Lo siento, Apple.